En el anterior artículo sobre psicología y lesiones nos centramos en las variables psicológicas que hacen al deportista más vulnerable a la lesión deportiva. En este sentido la literatura científica destaca el estrés como el principal factor frente a dicha vulnerabilidad.
Recordemos como esquema general que los factores psicológicos pueden influir tanto en la probabilidad de que el deportista se lesiones como por supuesto en una mejor y más rápida recuperación (ver figura). La lesión deportiva conlleva unas consecuencias que han sido estudiadas desde diferentes perspectivas.
Como variable psicológica principal hemos de acudir de nuevo al estrés. Este puede estar presente en todo el proceso de lesión del deportista, pues la propia lesión puede hacer al sujeto más frágil ante la posibilidad de sufrir estrés. Todos los procesos por los que pasa un deportista lesionado suponen un esfuerzo adaptativo en el que vivirá situaciones específicas de superación, sin la capacidad física habitual. El estrés del lesionado puede estar presente en cualquiera de las fases que podamos pensar, desde el momento de la lesión, pasando por la rehabilitación, hasta la vuelta a entrenamientos y competición. Además del estrés otros procesos psicológicos y emocionales se asocian a la lesión.
Para comprender las relaciones que existen entre las lesiones deportivas y los factores psicológicos, podemos encontrar diversas investigaciones que, básicamente, se pueden resumir en dos modelos teóricos: modelos centrados en las reacciones emocionales del deportista y el Modelo integrado de la respuesta psicológica a la lesión y al proceso de rehabilitación.
Pero para el objetivo de esta publicación nos centraremos en los modelos que estudian las reacciones emocionales asociadas a la lesión.
Estos modelos derivan de la propuesta de Kübler-Ross (1969), y que Hardy y Crace (1990) adaptaron al ámbito deportivo, e indican que las respuestas de carácter psicológico a la lesión, básicamente, son cinco reacciones emocionales habituales en los deportistas al sufrir una lesión.
Es importante añadir que otros autores no consideran necesaria la vivencia de todas estas emociones ni el orden propuesto. Además, factores como la gravedad de la lesión influirán en la vivencia de una sensaciones frente a otras. Sin embargo es interesante conocer las sensaciones “potenciales” que un sujeto lesionado puede vivir para comprenderlo mejor y poder ayudarle a la superación de dichas emociones negativas. Las reacciones propuestas en este modelo son:
–Negación: el deportista niega el hecho mediante manifestaciones de no estar lesionado, o creyendo que la lesión es mucho más leve de lo que indica la realidad.
–Cólera: El deportista muestra una alta hostilidad, y se encuentra aun lejos de aceptar su situación.
–Negociación (ambivalencia emocional): sentimientos de aislamiento y soledad, mezclados con momentos de aparente aceptación. El deportista aun se encuentra en una fase de debilidad en la que un contratiempo daña seriamente su estado de ánimo.
–Depresión: anterior a la aceptación, el sujeto puede vivir verdaderos estados depresivos, pues comienza la verdadera percepción de la realidad.
–Aceptación y reorganización: finalmente, (y lo deseable por otro lado) llega el momento de aceptar la realidad de la lesión, y a partir de ahí la actitud más positiva y necesaria para la recuperación.
Desde este mismo prisma, otros autores indican que la manifestación de estas fases estará mediatizada por las variables personales y situacionales del sujeto. Las características personales del sujeto (ansiedad, autoestima) pueden hacer que supere de manera más saludable cada una de estas fases. Por otro lado, factores como el apoyo social son claves para vivir el proceso de lesión con el estado de ánimo adecuado. Otros aspectos situacionales importantes son la gravedad de la lesión, el estatus deportivo del deportista o el momento de forma en que se produce.
Diferentes investigadores han estudiado cuales son los procesos emocionales asociados a la propia lesión y a los programas de rehabilitación con el fin de establecer las relaciones que se dan respecto a la adherencia a la rehabilitación; así como mejorar y precisar los instrumentos de evaluación para estas respuestas del deportista lesionado
Para terminar este documento, considero importante indicar algunos aspectos esenciales de la intervención psicológica con un deportista lesionado. Esta comienza con la evaluación sobre la información que este dispone de la misma y el impacto que esta ha sufrido. En numerosas ocasiones, el estado de ánimo del sujeto está dañado no porque las consecuencias sean graves, sino por la incertidumbre al no saber con exactitud el tiempo estimado de recuperación, tener objetivos mal estructurado en sus tareas diarias, etc. De esta forma, todos los profesionales que rodean al deportista son responsables (cada uno en su parcela) de intervenir psicológicamente. El trabajo multidisciplinar en este sentido cobra una importancia capital para el correcto funcionamiento psicológico del deportista lesionado. Por supuesto que las variables personales jugarán su importante papel, pero el resto de personas pueden adoptar estrategias que serán muy beneficiosas para el deportista. Los posibles estados de ansiedad y estrés del deportista lesionado se verán mediatizados por diferentes aspectos de la propia lesión como la gravedad, el deterioro de las actividades cotidianas o la presencia de otras situaciones vitales paralelas.
En psicología del deporte se trabajan diferentes técnicas que pueden ayudar a las personas en su proceso de lesión. Se trata en definitiva de técnicas que ayudan a un mejor funcionamiento psicológico y a un mayor rendimiento en cualquier contexto, como son las técnicas de control de activación, la utilización correcta de la visualización y un efectivo manejo de los objetivos y las expectativas. Herramientas y estrategias que a través del uso correcto y de una práctica regular pueden aportar un gran beneficio al deportista o a la persona que esté pasando por el difícil trago de la lesión.
Francisco J. Ortín Montero
Psicólogo del Deporte.
Director de la Unidad de Psicología del Deporte. Universidad de Murcia
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