Cuando pensamos en la motivación es habitual reducir este concepto a las “ganas” de hacer algo. Pero esto nos deja una visión muy reducida de todo lo que abarca la motivación y los aspectos sobre los que se pueden trabajar.
Por un lado podemos acudir a unas de las definiciones más utilizadas en el campo teórico al hablar de motivación:
“Conjunto de procesos implicados en la activación, dirección y persistencia de la conducta. “
La importancia de esta definición radica en que las tres palabras principales, por si solas, tienen una gran relevancia y conllevan un trabajo diferentes para optimizarlas. Veamos la definición por partes:
– Por un lado podemos revisar qué impulsa a una persona a iniciar una actividad (activación), aunque esta no esté del todo definida: ¿Qué me impulsa a hacer deporte? ¿Por qué motivo? ¿con que metas?
– En segundo lugar es importante analizar porque elegimos una u otra actividad (dirección): ¿Por la presencia de amigos? ¿Por qué no puedo en otro horario? ¿Por qué me siento bien llevando a cabo la actividad?
– Por último, una parte esencial en la motivación es el análisis de los aspectos que hacen a las personas permanecer en una actividad o abandonarla (persistencia). La motivación es la variable fundamental en la adherencia a un programa de actividad física o deporte determinado.
Por lo tanto no se trata solamente de pensar lo motivado que estoy para hacer algo, sino que podemos hacernos preguntas más ajustadas a la parte de la motivación que está implicada en nuestras “ganas” o “desganas” por hacer una actividad.
Además, en la motivación juega un papel muy importante la parte cualitativa. Veamos un ejemplo. Un entrenador considera que sus clientes estén “muy motivados” por la actividad porque la asistencia es muy alta. Sin duda, todos tienen motivos para ir pues asisten. Pero desde el punto de vista de una motivación lo más saludable y efectiva posible podemos preguntarnos ¿Por qué asisten? ¿Cómo se motivan para ir? ¿Tienen metas concretas a conseguir? ¿Han planificado correctamente la consecución de estás metas en caso de tenerlas?
Es aquí donde reside en ocasiones la clave para una correcta motivación. En este sentido, me gustaría compartir con vosotros un enfoque planteado por Andreas y Andreas en 1991, en el que se define algunos de los “estilos motivacionales” ineficientes que las personas utilizamos para motivarnos a hacer algo. Nos vamos a centrar por tanto en la primera parte de la definición: “iniciar una actividad (activación)”
Para ello, hemos de pensar más allá de hacer o no una actividad. Nos situaremos antes una actividad que hemos de hacer sin más remedio. Como segunda premisa, pensemos en una actividad que incluye al menos una parte que no me gusta. Por ejemplo, me gusta ir a la clase de aerobic pero me cuesta salir de casa a la hora necesaria. Me gusta mi trabajo pero me cuesta madrugar. Me gusta entrenar, pero me cuesta los días de frío. Me gusta el deporte pero me cuestan los inicios para ponerme en forma. Podríamos acudir a muchos más ejemplos pero tal vez ya estén llegando a tu mente sin necesidad de describirlos.
Por lo tanto hemos de centrarnos en tareas o actividades que hacemos, pero con una motivación no del todo eficiente. No buscamos en este caso realizar la acción (puesto que voy a trabajar o a entrenar) sino motivarnos mejor y más sanamente.
Veamos de manera separada los cuatro estilos motivacionales ineficientes comentados anteriormente.
Estos estilos no son mutuamente excluyentes sino que una persona puede utilizar algunos de ellos e incluso los cuatro. Estos patrones no se refieren al contenido sino que las personas los utilizan de manera automática independientemente de la actividad a realizar y el contenido de la misma. Según Jara (2006), esta referencia al proceso más que al contenido es lo que permite directamente aplicar estos estilos en cualquier contexto.
El estilo MOTIVADOR NEGATIVO / MOTIVACIÓN POR EVITACION
Algunas personas se motivan para hacer una actividad poco grata (por ejemplo, madrugar para ir a clase) pensando en las consecuencias negativas que ocurrirían si no hacen algo (por ejemplo, sino asisto…). Sin embargo, pensar en cosas negativas es desagradable y generalmente no hace que la gente se motive con rapidez. Un estilo motivacional negativo puede ser muy eficaz para algunas personas y algunas tareas; en algunas situaciones es muy útil pensar en aquello que conviene evitar. Sin embargo, si alguien se motiva sólo pensando en qué evitar, aún cuando logre realizar las tareas, es probable que experimente mucha tensión y sensaciones desagradables. Por otra parte, cuando uno se concentra en lo que está evitando, tal vez no se dé cuenta de que puede estar dirigiéndose a algo peor.
“Es más conveniente un motivación para conseguir que para evitar”
Imagen vía: http://motivar.wordpress.com/2012/08/01/que-es-realmente-la-motivacion/
El estilo motivacional DICTADOR / MOTIVACIÓN IMPERATIVA
El motivador dictador se motiva dándose órdenes mentalmente con un tono de voz áspero y desagradable. A menudo suenan dentro de su cabeza palabras similares a “tengo que”, “debería “, o “debes”. Al igual que cuando ordenamos algo a los demás y experimentan una resistencia espontánea aun a sabiendas de que se les pide algo conveniente, cuando aplicamos este tipo de autoinstrucciones en nuestro diálogo interno experimentamos una resistencia y desagrado para hacer la tarea, sea cual sea esta.
“Es importante que utilicemos un tono y volumen adecuado en nuestro autodiálogo”
Imagen vía: http://www.pnlydesarrollopersonal.com/dialogo-interno/
El estilo motivacional IMAGINATE HACIENDOLO/ MOTIVACIÓN POR REPRESENTACIÓN ANTICIPADA DE LA ACCIÓN
Mucha gente piensa cómo es hacer una actividad (hacer un ejercicio muy duro) en lugar de verla ya realizada (pensar que he terminado el ejercicio). El problema de esta estrategia es que resulta muy útil para motivarse a hacer actividades agradables, pero la motivación se hace muy difícil para todo lo que no sea inherentemente agradable. Cuando nos enfrentamos a una tarea con partes menos motivantes, es importante conectar lo más rápidamente posible con el beneficio que obtengo al llevarla a cabo.
“Muchas acciones tienen costes y beneficios. Hemos de tener presente los objetivos de cada acción para superar mejor la fase menos motivante”
El estilo motivacional ABRUMADOR / MOTIVACIÓN ABRUMADORA
Cuando alguien se siente abrumado, generalmente se muestra incapaz de comenzar una tarea y tiende a posponerla. Si un estudiante piensa en todos los temas que le quedan hasta el examen, probablemente se sentirá ante una cantidad de trabajo enorme y agotador. A veces vemos algo tan grande que no sabemos por donde empezar, y motivarse resulta muy difícil.
“Las metas a largo plazo han de ir acompañadas de metas a corto plazo que nos transmitan el avance diario”
Andreas y Andreas indican que “para algunas personas, el solo hecho de saber qué cosa que hace no funciona y qué tipo de estilo motivacional funcionaría con mayor eficacia, es suficiente para reproducir un cambio. Sin embargo, en no pocas ocasiones se necesita atravesar por una cuidadosamente guiada secuencia de ensayos de una nueva estrategia motivacional, para que esta se automatice”.
Francisco J. Ortín Montero
Psicólogo del Deporte.
Director de la Unidad de Psicología del Deporte. Universidad de Murcia
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